‘La justicia está en crisis’, ‘la justicia es muy lenta’, ‘la justicia no es efectiva’, son algunos de los titulares que predominan en los medios de comunicación sobre la justicia colombiana. La realidad es que, de acuerdo con varias mediciones, más del 50% de las personas encuestadas no confía en las instituciones de justicia, lo cual pone en riesgo los derechos de las personas en Colombia. 

Desde El Avispero, queremos compartirles un importante insumo generado por el Programa de Justicia Inclusiva de USAID, que funcionará para tener una hoja de ruta para diseñar acciones que mejoren el acceso a la justicia en territorios del país. A través de encuestas presenciales a 1.010  personas, se les preguntó acerca de sus percepciones de la justicia y sus servicios en 12 municipios: Condoto e Istmina (Chocó), Apartadó y Carepa (Urabá antioqueño) y Caucasia (Bajo Cauca Antioqueño), Tierralta y Montelíbano (Córdoba) Carmen de Bolívar (en los Montes de María), Santander de Quilichao (Cauca), Buenaventura (Valle del Cauca) Tumaco (Pacífico Nariñense) y Puerto Caicedo (Putumayo).

 

Ahora bien, conocer las perspectivas frente a la justicia es importante por varias razones. La primera es porque estas investigaciones ponen en el centro a las personas, lo cual significa conocer y comprender sus necesidades en esta materia para diseñar soluciones que se ajusten a ellas. Lo segundo, es que de esta investigación saldrán pasos concretos para promover una estrategia de movilización y pedagogía basada en ciencias del comportamiento para así lograr cambios sociales en la relación entre las instituciones y las personas. Por último, esta información es un aporte para que los operadores locales de justicia conozcan el estado de la Justicia en sus territorios y puedan aportar a su mejora.

 

Además, durante la encuesta se indagó, por ejemplo, sobre las principales necesidades de justicia, las prácticas recurrentes para encontrar soluciones a los conflictos, el nivel de confianza y satisfacción de la ciudadanía hacia las instituciones y servicios de justicia a nivel local, y emociones, hábitos, actitudes, creencias, conocimientos y motivaciones de los individuos con respecto a la justicia y al acceso a ella. 

 

¿Qué se encontró después de escuchar a la ciudadanía?

 

La cifras demuestran que la confianza y satisfacción en las instituciones de justicia es baja, de hecho 47% de las personas reportaron tener un sentimiento negativo hacia la justicia. La  desconfianza e insatisfacción están relacionadas a las demoras en los trámites, la creencia de que el sistema de justicia es corrupto, el desacuerdo con las decisiones, el desgaste emocional y económico por parte de la ciudadanía durante los procesos y el escepticismo frente a la efectividad de la labor de las y los funcionarios públicos.

 

Además se encontró que:

 

  • El 24% de las personas conocen el sistema local de justicia de su municipio.
  • Solo el 31% de las personas encuestadas han acudido a alguna institución de justicia para solucionar un conflicto. 
  • Una mayoría (84%) señala desconocer los mecanismos alternativos de resolución de conflictos. De los que encuestados que conocen los mecanismos, solo el 19% los usa, lo que presenta un reto grande para fortalecer su utilización.
 

¿Qué nos muestran estos resultados?

 

Los datos indican que la ciudadanía aún no confía en la justicia colombiana por causas como la impunidad, las brechas de ejecución en términos de justicia abierta y el bajo nivel de fortalecimiento institucional de los operadores locales de justicia para resolver la cantidad y complejidad de retos que enfrentan en el día a día.

 

Por eso, El Avispero y Movilizatorio, con el apoyo del Programa de Justicia Inclusiva de USAID, le apostamos a diseñar acciones y a crear nuevas herramientas prácticas que ayuden a mejorar la relación entre la ciudadanía y la institucionalidad. Queremos que las personas sepan tramitar conflictos a través de la justicia colombiana, que conozcan cuales son los espacios y sistemas de justicia, y que sepan a qué espacio de justicia acudir según el conflicto al que se encuentren.

 

Para lograrlo, estamos diseñando una estrategía con la que esperamos consolidar una red de actores en cada municipio, generar cambios comportamentales, cambios de narrativa  y más iniciativas que apunten a la transformación cultural que buscamos.