Es innegable el gran impacto emocional que dos años de aislamiento generó en la niñez y la juventud, trayendo retrasos en las formas de relacionarse fuera de la virtualidad y causando importantes repercusiones en sus resultados académicos y su salud. La encuesta de percepción #miVozmiCiudad de Bogotá Cómo Vamos, realizada en octubre del año pasado, mostró que el 77% de personas entre 18 a 25 años sienten que su salud mental está peor hoy que antes de la pandemia. Con la decisión de 63, de las 96 secretarías de educación del país, de retornar a las clases presenciales, comenzamos a afrontar los retos que la pandemia ha causado en términos de nivelación académica y desigualdad en entornos educativos.
El equipo de Súmate al Juego, un movimiento internacional —con presencia en Colombia, Brasil, Ruanda y Sudáfrica― que promueve el aprendizaje a través del juego, nos contó su experiencia de pasar de la virtualidad a lo presencial. En la ciudad de Cali realizaron una serie de talleres con su intervención Mirá, Vé, Jugá, con la cual buscaron impulsar las interacciones sociales, la creatividad, el pensamiento imperativo y el disfrute que proporciona el juego en la infancia.
Entre sus aprendizajes, encontraron que la realización de actividades de forma presencial contribuye a generar mayor gusto e interés en espacios pedagógicos, enganchando no sólo a quienes ya habían participado virtualmente, sino también a personas que participan por primera vez. Precisamente, en la modalidad virtual se hace más difícil congregar, retener la atención de las personas y generar mayor memorabilidad en los conocimientos recibidos. Es por ello que el retorno a la presencialidad en los colegios es vital para el desarrollo integral del alumnado. En un sistema educativo como el de Colombia, el cual está marcado por grandes brechas en la calidad y accesibilidad a oportunidades educativas, es fundamental que la niñez pueda regresar a las aulas. Esto es de particular relevancia, cuando se tiene en cuenta que muchas zonas rurales o marginalizadas del país no cuentan con acceso confiable a Internet, lo cual imposibilita una educación virtual efectiva.
En El Avispero creemos en el poder de la educación, por eso, apostándole a crear espacios pedagógicos diversos, asequibles y participativos, lanzamos nuestro primer ciclo formativo: Colombia Resuena. En esta oportunidad jóvenes entre 18 y 35 años que lideran procesos comunales recibirán formación en temas de liderazgo, vocería y análisis de información. Con la idea de llegar a más personas, nuestros talleres se darán de forma virtual y presencial, porque creemos en las múltiples formas de reunirnos y aprender, valorando la fuerza de poder compartir en un mismo espacio físico o virtual.
El regreso a la presencialidad trae consigo grandes retos y cambios, pero debemos reanudar plenamente la educación del alumnado para minimizar el impacto negativo de la virtualidad en la igualdad y el desarrollo de nuestra juventud. La educación es un derecho que debe ser garantizado, tras meses de esfuerzos para enseñar y aprender en la virtualidad, y décadas de precarización del sistema educativo, hoy debemos priorizar y exigir que el regreso a los colegios signifique también mayor inversión y calidad.
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